Datos de contacto
  • Calle San Silvestre 15, Pozuelo de Alarcón, 28224 - Madrid
  • 636 17 01 40
  • 636 17 01 40
  • info@elisasanchezbarquero.com
¿MEMORIAS DE MI VIDA EN EL ÚTERO?

¿MEMORIAS DE MI VIDA EN EL ÚTERO?


EL IMPACTO PROFUNDO DEL PERÍODO PERINATAL parte 1º

Cómo las Experiencias Tempranas Moldean al Ser Humano
Más Allá de lo Consciente
Imagina por un momento que cada célula de tu cuerpo fuera una antena capaz de captar y registrar información del entorno. Desde el momento de la concepción, mucho antes de que desarrollemos la capacidad de pensar o recordar conscientemente, nuestro organismo está constantemente "escuchando" y respondiendo al mundo que nos rodea. Esta es la realidad del desarrollo humano durante el período perinatal, una etapa que abarca desde la concepción hasta aproximadamente el primer año de vida, y que tiene un impacto profundo y duradero en quienes somos.
Durante décadas, la ciencia ha revelado una verdad fascinante: las experiencias vividas durante la concepción, el embarazo, el parto y los primeros meses de vida no solo afectan al bebé, sino que literalmente esculpen su cerebro, su sistema nervioso y su capacidad futura para relacionarse con el mundo. Aunque estos eventos ocurran en una etapa preverbal, cuando aún no tenemos la capacidad de formar memorias explícitas, su influencia perdura de manera implícita en nuestro cuerpo y psique durante toda la vida.

El Cerebro en Construcción: Neuroplasticidad y Vulnerabilidad
Para comprender cómo estas experiencias tempranas nos afectan tan profundamente, debemos primero entender qué está ocurriendo en el cerebro durante este período crítico. El cerebro humano al nacer está sorprendentemente inmaduro comparado con otros mamíferos. Mientras que un potro puede caminar minutos después de nacer, los humanos necesitamos años para desarrollar capacidades básicas. Esta aparente "desventaja" evolutiva es en realidad nuestra mayor fortaleza: permite que nuestro cerebro se moldee y adapte según el entorno específico en el que nacemos.

Durante el período perinatal, el cerebro está en un estado de neuroplasticidad extrema. Se forman aproximadamente 700 nuevas conexiones neuronales por segundo, y las experiencias determinan cuáles de estas conexiones se fortalecen y cuáles se eliminan. Este proceso, conocido como "poda sináptica", significa que el cerebro del bebé se está literalmente esculpiendo en respuesta a las experiencias que vive, tanto dentro como fuera del útero.
Las neuronas que se activan juntas se conectan entre sí, creando patrones que se convertirán en los "mapas internos" que el niño utilizará para navegar por el mundo. Si un bebé experimenta principalmente calma, seguridad y sintonía emocional, su cerebro desarrollará robustas redes neuronales asociadas con la regulación emocional, la confianza y la capacidad de vincularse. Por el contrario, si las experiencias predominantes son de estrés, desconexión o trauma, el cerebro se organizará defensivamente, priorizando la supervivencia sobre el crecimiento y la exploración.